Hoy mismo he podido ver la noticia de que dos grandes fabricantes anuncian el lanzamiento de sus nuevos lectores de libros electrónicos, que vienen a competir con los que ya están en el mercado.
Cada uno se decanta por las tecnologías que le parecen más adecuadas al futuro del sector, donde hay diferentes formatos, distintos sistemas, y tratamientos del color y de la tecnología de tinta digital diversos.
No todos los contenidos pueden intercambiarse entre los diversos sistemas, aunque es de esperar que en el futuro todos confluyan hacia formatos compatibles que permitan acceder a la oferta del mercado, cada vez más amplia.
¿Cómo va a evolucionar el libro en el futuro? No es fácil aventurar una respuesta en este momento de cambio tan rápido.
Hay, sin embargo, datos que permiten augurar al libro electrónico un buen futuro. El Wall Street Journal publica un gráfico que compara los costes del libro electrónico frente a los del mismo libro en formato tradicional. El precio final es de poco más de la mitad (13,99 dólares, frente a 26). La gran diferencia es que el libro electrónico no soporta el precio de la impresión y almacenamiento (3,25 $) y los costes de distribución, que en el libro de papel suponen la mitad del precio (13$), en el caso del formato electrónico se reducen a 3,9$).
Estos datos suponen que el libro electrónico sea mucho más rentable para el editor, que se beneficia con el 46,7 % del precio final, frente a un beneficio de “sólo” un 15,5% de lo que cuesta el libro tradicional. No obstante, el autor apenas recibe más beneficio, ya que el 15% del valor de venta del libro tradicional, es una cifra sensiblemente mayor que el 16,23% del importe final del e-book.
Este nivel de beneficios es posible que favorezca el interés de los editores por la popularización de los soportes, ya que su rápida difusión hará que el comercio del libro electrónico crezca de forma importante.
La única cuestión es adivinar la respuesta del público consumidor. La posibilidad de tener muchos libros en formato electrónico, ¿va animar a la gente a leer más? Si no es así, el mercado del libro cambiará de formato, pero no aumentará sensiblemente su consumo. Conseguiremos, eso sí, conservar muchos bosques con los que ahora se fabrica el papel que soporta las ediciones en imprenta.
Artículo Tecnoempleo.com