El espacio de direcciones IP proporcionado por IPv4 es de 32 bit (4.294.967.296 direcciones IP). IPv6 es un espacio de direcciones de 128 bit, que traducido en número de direcciones, resulta una cifra astronómica (340 sextillones de direcciones IP). Cuando se ideó IPv4, 4.300 millones de direcciones IP parecían suficientes en la década de los 70, pero esta semana se han agotado.
Hay varias razones para que esto haya ocurrido. Por una parte, sólo el 14% de las direcciones IP se utilizan de forma efectiva. Las asignaciones no se han realizado de forma óptima en el pasado, en especial en la década de los 80. En aquellos años Internet no estaba extendido más allá de los ámbitos científicos, universitarios y gubernamentales.
Por otra, la pujanza de las economías emergentes, en especial Asia y zona del Pacífico, que han demandado de forma creciente nuevas direcciones, y finalmente el crecimiento sin precedentes de las terminales móviles que han revolucionado el concepto de conectividad.
El problema fundamental es que IPv4 e IPv6 son incompatibles. Las direcciones IPv4 están formadas por 4 grupos de números cuyo valor más alto es 255 (ejemplo: 195.235.113.3) y las correspondientes a IPv6 constan de ocho grupos de cuatro dígitos hexadecimales que se pueden comprimir si algún grupo es “nulo”.
La solución a muy corto plazo es el uso de NAT (Traducción de Dirección de Red). Muchas grandes corporaciones e ISPs saldrán adelante en los meses siguientes con este sistema, pero la solución definitiva es la implantación generalizada de IPv6. Afortunadamente los sistemas operativos modernos y en particular los que equipan los terminales móviles, soportan IPv6.