El año de Linux (casi)

Algunas de las compañías ya han desvelado las novedades más importantes hoy, es el día de la prensa, donde se adelanta lo más jugoso de la feria. Un detalle curioso: 2014 podría ser el año de Android… en el PC.

Android en tu PC
Dos marcas, HP y Lenovo, apuestan por modelos de PC sobremesa y portátil con el sistema operativo de Google.

 
 
Digo curioso porque Google parece tener muy claro que el lugar de Android está en el móvil y, como mucho, la tableta. Su otro sistema operativo, ChromeOS, es el que está pensado para uso en equipos convencionales.


Pero para los fabricantes la tentación debe ser difícil de resistir. A los Chromebook les ha ido bien en Estados Unidos durante esta última campaña navideña pero sigue siendo un desconocido para el gran público. Android, en cambio, goza de un reconocimiento casi instantáneo y una gran base de clientes que ya ha realizado una inversión de tiempo y dinero en aplicaciones. Con Android en el PC pueden seguir accediendo a ellas y el entorno es familiar.

Hay otra ventaja importante: el coste de la máquina. Android, a diferencia de Windows, está pensado para correr en dispositivos de escasa potencia o muy baratos de fabricar. Las propiedades se conservan en este salto al PC. La máquina de HP, un sobremesa táctil de 21 pulgadas, costará menos de 400 dólares cuando llegue al mercado. El portátil de Lenovo rozará los 450 dólares.

En el mundo de la tecnología, desde hace una década, siempre se hace un chiste a principios de año a costa de el escaso interés que despertaba Linux entre los consumidores domésticos. «XXXX será, por fin, el año de Linux en el escritorio», apuntamos con sarcasmo.

Pero al final Google está consiguiendo esto que hasta hace sólo unos años parecía imposible, una batalla perdida. Ha creado lo más parecido que existe a un estándar en distribuciones de Linux y es un sistema operativo que ahora se usa en todo tipo de dispositivos, desde pequeños electrodomésticos hasta equipos que, en apariencia, apenas se distinguen de los ordenadores «convencionales».

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