Las personas hacen posible la comunicación y el éxito en la empresa. Los medios, con ser importantes, son sólo el soporte imprescindible.
Si la información logra fluir, la acción se desplegará de forma incontenible. Son, por tanto, las personas las que hacen la empresa, cuando logran sentirse comunicadas entre ellas.
Las facilidades que hoy tenemos, no nos pueden hacer olvidar lo esencial: que la comunicación de los profesionales implicados en la empresa es lo que aporta conocimiento para el logro de los objetivos.
En una de mis lecturas del verano he releído un libro sobre el Emperador Carlos V y su gran empresa europea. No cabe duda sobre la magnitud de los asuntos que en esa primera mitad del siglo XVI preocupan a la corona de España. La América recién descubierta, toda Europa y el norte de África son los escenarios donde se desenvuelve la política española dirigida por el Emperador y una red de eficaces diplomáticos, militares y políticos. Entre ellos, su esposa, la Emperatriz Isabel, que, desde España coordina los asuntos, mientras el Emperador recorre Europa.
Llama la atención el “plan de comunicación interna” de esta enorme empresa. A miles de kilómetros de distancia los esposos se comunican planes estratégicos, objetivos, órdenes, instrucciones, etc., a través de cartas transportadas por correos, que tardan en llegar a su destino a veces meses, y que frecuentemente se entrecruzan.
Releer estas viejas historias nos lleva a reflexionar sobre nuestra actualidad, en la sociedad tecnológica. Nuestros mensajes escritos se desplazan a la velocidad de la luz, y podemos entablar conversaciones cara a cara a miles de kilómetros de distancia. La información, base de la toma de decisiones, fluye de forma permanente y en cantidades inabarcables.
En un escenario tan diferente del que existía hace quinientos años, ¿podemos decir que las empresas se gestionan hoy con mayor acierto? No es fácil afirmar tal cosa. Ciertamente hay grandes éxitos empresariales, y, también, grandes fracasos de asuntos que manejan los mismos medios de información y comunicación que los de los triunfadores.
No parece que la clave del logro esté sólo en los medios tecnológicos, sino en otras cosas, también, importantes. Sin comunicación no hay empresa, pero los medios manejados no son la clave de la comunicación.
La palabra “empresa” ofrece ecos de “algo que se emprende”, que se persigue porque se valora, de alguien que desea alcanzar unas metas, un objetivo. Y para ello crea un equipo al que transmite la idea, la visión y la misión. Cuando el equipo de colaboradores cree en todo ello, surge la comunicación porque entre ellos hay algo común que se valora. Se movilizan así las mejores capacidades de todos, y se despliegan las antenas. Cuando cada uno al comunicarse aporta cuanto conoce y sabe, entonces, a partir de esto, la empresa está lanzada, y los medios son realmente operativos.
Artículo Tecneompleo.com