El retraso en el despliegue de las nuevas redes de fibra óptica hasta el hogar está aplazando el aumento de la velocidad de la banda ancha en España, muy por debajo de la media europea. Pero a la vez está dando la oportunidad a otras tecnologías para adelantarse.
Así lo ha hecho Ono, que no cuenta con una red de fibra óptica hasta el hogar, sino con cable coaxial, pero que puede ser mejorado con la tecnología Docsis 3.0 para elevar las velocidades que es capaz de transmitir.
El primer paso de esta compañía fue preparar su red para dar 50 megas, algo que ya es posible en seis millones de hogares, según la operadora. Ahora ha dado el salto a los 100 megas.
Eso sí, por el momento la oferta es limitada. La compañía no ha revelado qué cobertura alcanzan sus ofertas de 100 megas, pero en principio es reducida. Su intención ha sido lanzarlo cuanto antes e ir aumentando el alcance de forma progresiva a lo largo de 2011. También ha buscado una fórmula distinta de comercialización. Solo los que se hagan fans de Ono en Facebook podrán contratarlo. Tendrán que introducir sus datos y se les llamará para que sepan si tienen o no cobertura y, en su caso, cuándo se prevé que la tengan.
Pero la limitación de los 100 megas no la da solo el acceso geográfico; su precio también supone un condicionante. La gallega R cobra 83,7 euros al mes, con el IVA incluido, por el paquete de telefonía fija y banda ancha. Y la tarifa de Ono es incluso superior. Sus 100 megas costarán 79,90 euros mensuales sin impuestos, lo que supone 94,3 euros al sumar el IVA.
Y es que si la banda ancha tradicional tiene un precio superior al de otros países en Europa (así lo dicen los informes de la OCDE, de la Comisión Europea y de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones), en la súpervelocidad la diferencia es incluso mayor. Sin llegar a los 100 megas, Euskaltel tiene una oferta de 75 megas y teléfono por 102,5 euros al mes (con impuestos). Telecable da 70 megas, teléfono e incluye también televisión digital por 83 euros, IVA incluido.
