Otra prueba más de que estamos en la era postpecé, que, hace año y medio, con la presentación de la tableta iPad, Steve Jobs profetizó. HP, primer fabricante mundial, anunció por sorpresa, en la presentación de sus brillantes resultados económicos, que convertiría su división de ordenadores personales en una spin off, en algo separado de la empresa, aún sin concretar.
El primer fabricante mundial de pecés no sabe qué hacer con ellos. Y la Bolsa le está castigando por su cambio de estrategia: en el día después, su acción pierde un 20% de su valor, la empresa del NYSE que más ha caído.
No es el primer gigante que llega a esa conclusión de venderse el hierro. Por ese trance pasó anteriormente otro, IBM, cuando en 2004 vendió a la firma china Lenovo su línea de ordenadores personales por 1.750 millones de dólares. El argumento era el mismo que emplea hoy HP: sus servicios informáticos son más provechosos que sus fábricas. La diferencia fundamental es que entonces IBM no era líder mundial de ordenadores como lo es hoy HP.
Ambas tienen en común su longevidad. No son unas advenedizas. Mientras IBM cumple ahora cien años; a HP se le considera la pionera de Silicon Valley (California), al nacer en un garaje de Palo Alto en 1939.
El consejero delegado de la compañía, Leo Apotheker, justificó tan fuerte viraje de la compañía: «La transformación puede acarrear decisiones difíciles, pero damos estos pasos para tener una mejor posición en el futuro». La decisión de Apotheker coincide con la caída de ventas de ordenadores en todo el mundo en beneficio de las tabletas.»El efecto tableta es real», reconoció Apotheker.