El museo ha valorado su funcionalidad 3D y la doble pantalla para ofrecer a los visitantes una nueva manera de descubrir las obras que alberga la instalación. La consola propondrá una visita en tres dimensiones y ocho lenguas sin necesidad de emplear gafas para disfrutar del efecto tridimensional. Uno de los argumentos del museo para esta adopción de la consola es que ello puede ayudar a que los jóvenes se decidan a acompañar a sus padres en la visita. Para evitar robos, la versión del Louvre de la Nintendo 3DS no permitirá los videojuegos. Su préstamo, por unos seis euros, exigirá, como ahora, el depósito del carnet de identidad.
Esta decisión se enmarca dentro de una política del museo dirigida al aprovechamiento de las tecnologías para divulgar su colección. El museo tiene prevista la inversión de un millón de euros para mejorar las aplicaciones móviles, para teléfonos y tabletas, del museo, que han sido descargadas tres millones de veces. El uso de la realidad aumentada figura en sus planes.