China, India y Pakistán se están convirtiendo en vertederos de residuos electrónicos, según un estudio. La contaminación compromete la salud de los habitantes, que encontraron en los desechos una salida laboral.
El profesor Atiemo Sampson, investigador de la Comisión de Energía Atómica de Ghana, y Ruediger Kuehr, de la Universidad de Naciones Unidas en Alemania, denunciaron que, pese a las prohibiciones, empresarios «sin escrúpulos» envían basura electrónica a África y Asia en los contenedores de carga, junto con equipos nuevos. Sus argumentos resultaron de una investigación más amplia, que tiene como objetivo analizar el problema de los desechos electrónicos.
Esto es algo que sucede en países pobres como Ghana, pero también en otros en desarrollo como China, India, Pakistán, Vietnam, Bangladesh y muchos otros, en los que se están creando vertederos de basura tecnológica, se lamentó Kuehr.
Hasta ahora, Ghana «no ha regulado la importación y la gestión de los desechos electrónicos«, señaló Sampson, quien explicó que ese país suscribió el Convenio de Basilea -que regula la importación y exportación de desechos peligrosos- pero que todavía no lo ha integrado a su orden jurídico.
El valor de los elementos de los residuos electrónicos y el gran número de personas que trabajan en el reciclaje informal «dificulta cada vez más acabar» con ese negocio, ya que «el sustento de muchas personas depende ahora de los ingresos generados por estas actividades«.
Se calcula, por ejemplo, que 100 mil teléfonos móviles pueden contener unos 2,4 kilos de oro -equivalentes a 130 mil dólares-, más de 900 kilos de cobre -valorados en 100 mil dólares- y 25 kilos de plata -igual a 27.300 dólares-.
Por ello, estos expertos exigen que los países acuerden un modelo global de reciclaje que utilice tecnologías sostenibles y se centre en mejorar los estándares de salud, seguridad y medio ambiente. Ese plan debería ir acompañado de programas de negocio, así como un plan para desarrollar políticas de concienciación para los fabricantes.
La UNU (a través de su Programa de Medio Ambiente), la Agencia de Protección Medioambiental de los EEUU (EPA), universidades y empresas como Dell, Microsoft, Hewlett Packard (HP) o Philips ya se unieron en la iniciativa «Solucionar el Problema de E-Basura» (StEP, por su sigla en inglés). Esta iniciativa, en la que participan ambos investigadores, pretende homologar los procesos de reciclado globalmente para recuperar los componentes más valiosos de la basura electrónica, extender la vida de los productos y armonizar las legislaciones y políticas.