Que Big Data es una tendencia que ha llegado para quedarse es un hecho. Y que cada vez más los usuarios de los servicios digitales los usan en cualquier momento y desde cualquier lugar, nuestro día a día.
Así que parece natural que ambas tendencias (el análisis de enormes cantidades de datos y la información sobre dónde se están produciendo) se unan; es lo que se denomina geomarketing, especialmente crítico en las estrategias de ventas. Porque la venta debe combinar el llegar a la mayor cantidad posible de potenciales clientes con un uso eficiente de los recursos, para asegurar campañas rentables.
Para los profesionales tecnológicos es especialmente interesante esta unión de técnicas, ya que existe una fuerte demanda de profesionales expertos.
El geomarketing no es nuevo; se trata simplemente de segmentar la comunicación a nuestros usuarios en función de su localización geográfica. Algo que se puede hacer tan offline como uno de esos carteles en las autopistas, que orientan a los conductores a los restaurantes más cercanos.
También se han aplicado técnicas de geomarketing en el sector retail, usando variables sociales, demográficas o de renta para dirigir campañas de comunicación a aquellas audiencias más susceptibles de ser publico objetivo de nuestro producto o marca. Si vas a lanzar un producto de lujo, ¿tiene sentido hacer comunicación en un barrio de bajo poder adquisitivo?
Lo que permite la unión con el Big Data es poder no sólo alcanzar a todos los usuarios de manera simultánea, sino personalizar el mensaje usando información obtenida de los patrones de uso del usuario.
Algunas compañías llevan aplicando técnicas de geomarketing muchos años, como UPS; la empresa de mensajería analizó las rutas más óptimas para sus camiones de reparto (en Estados Unidos) y detectó que eliminar los giros a la izquierda reducían el consumo de gasolina, la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y mejoraba la eficiencia del reparto, permitiendo entregar más paquetes en menos tiempo y cumpliendo mejor los compromisos de entrega con los clientes. Este análisis hubiera sido imposible sin una unión estrecha entre el Big Data (analizando los millones de trayectos realizados cada día) y el geomarketing (incluyendo la componente espacial y geográfica de la información).
Un caso muy evidente donde la unión de Big Data y Geomarketing es el buzoneo; realizar campañas indiscriminadas no nos ayudará a incrementar nuestras ventas, el conocimiento y valoración de nuestra marca y por supuesto tampoco ayudará a conseguir acciones rentables que impacten en los resultados de negocio. ¿Cuántas veces hemos tirado sin mirar las comunicaciones comerciales que encontramos en nuestros buzones, simplemente porque nos hablan de productos y servicios que nada tienen que ver con nuestras necesidades o intereses? En la era de la publicidad digital, en la que damos por supuesto que podemos ajustar nuestra campañas exactamente a nuestros usuarios objetivo, ¿por qué seguimos aceptando que el buzoneo se haga de manera indiscriminada?¿Aceptaríamos que nuestro banner de ‘los mejores filetes’ apareciera en una página de temática vegana?
La unión de Big Data y Geomarketing nos permite realizar campañas de buzoneo ajustando al máximo los recursos, y garantizando el mayor ratio de conversión al dirigir la campaña exactamente a los potenciales clientes que nos interesan.
Para los profesionales tecnológicos el mundo del Big Data y el Geomarketing ofrecen enormes posibilidades de Empleo; formarse en el uso de plataformas como GIS o CartoDB aumentarán nuestras posibilidades de conseguir el empleo que estamos buscando.