Todos hemos oído hablar del término Internet of Things (Internet de las Cosas), normalmente abreviado como IoT: se trata de la interconexión a través de Internet de objetos cotidianos, lo que les permite enviar y recibir datos.
Desde Smart Homes (Casas Inteligentes) que te permiten encender el aire acondicionado antes de llegar a casa o apagar las luces incluso después de que hayas dejado la casa hasta coches conectados que pueden optimizar su propio funcionamiento, mantenimiento y comodidad de los pasajeros utilizando sensores a bordo y conectividad a Internet, todas las aplicaciones de IoT requieren de un componente común: la conectividad.
Uno de los métodos más usados es la conectividad móvil, usando las mismas redes que usas en tu día a día para tu móvil; incluso los dispositivos del Internet of Things usan SIM para IoT igual que en tu móvil, aunque gestionadas para usar siempre las redes óptimas en cada momento. Una de las primeros usos de estas tecnologías fueron las tarjetas M2M ; estas son tarjetas que una máquina utiliza para comunicarse con un sistema automático. Un ejemplo muy típico son las máquinas de venta automática o vending, que comunican de manera automatizada (e inalámbrica) la situación del stock de productos y cualquier necesidad de mantenimiento a un sistema central.
Pero con más de 29 mil millones de dispositivos conectados en 2022, de los cuales alrededor de 18 mil millones estarán relacionados con IoT (según las previsiones de Ericsson), no basta con incluir una SIM móvil. Se requiere una gestión muy sofisticada de la conexión, para garantizar que las máquinas y las personas pueden compartir las redes móviles sin inconvenientes.
O más bien podríamos decir que las máquinas nos dejan compartir las redes móviles con ellas, porque en 2018 (y de nuevo según Ericsson), los dispositivos de IoT, que incluyen autos conectados, máquinas, medidores, dispositivos portátiles y otros productos electrónicos de consumo superaron en número a los teléfonos móviles.
Los proveedores de sistemas de red tienen un papel crucial que desempeñar en la escalabilidad de la industria De manera crucial, el Spanning Tree Protocol (STP), el protocolo principal utilizado por la mayoría de los proveedores de redes, debe adaptarse para mejorar la fiabilidad de la red.
El principal beneficio de STP es su capacidad para eliminar los bucles de puente en las redes de área local (LAN) de Ethernet y evitar que los bucles de red sean los responsables de crear caídas generalizadas de la red. Sin embargo, cuando este protocolo falla, la identificación y solución de problemas puede ser increíblemente compleja y requerir mucho tiempo, lo que plantea serios desafíos para muchas tecnologías de IoT, en particular en los sectores de asistencia sanitaria y vehículos autónomos.
Los líderes en el sector de IoT, y los proveedores de la red en sí mismos, tienen una amplia variedad de puntos de vista en relación con la mejor alternativa a STP; algunos proveedores abogan por la Agregación de enlaces de sistemas múltiples (MLAG) y otros que indican una preferencia por Shortest Path Bridging (SPB). Muchos argumentan que el primero, que extiende la redundancia de enlaces y los recursos de carga activo-activo para utilizar el ancho de banda completo, es un protocolo simple y rentable que podría reemplazar por completo a STP. Mientras que otros líderes de la industria sugieren que SPB, que ofrece múltiples rutas y consolidación de redes sin bucles, es una alternativa más confiable, altamente escalable y sostenible para soportar redes IoT.
Otro condicionante es el número de direcciones IP; IPv4 es el protocolo de Internet más utilizado para conectar dispositivos a Internet. IPv4 utiliza un esquema de direcciones de 32 bits que permite un total de 2 ^ 32 direcciones (poco más de 4 mil millones de direcciones). Así que no hay direcciones IP para todos. Por eso se está implantando IPv6.
IPv6 es el sucesor del Protocolo de Internet Versión 4 (IPv4). Fue diseñado como una actualización evolutiva del Protocolo de Internet y, de hecho, coexistirá con el antiguo IPv4 durante algún tiempo. IPv6 está diseñado para permitir que Internet crezca constantemente, tanto en términos de la cantidad de hosts conectados como de la cantidad total de tráfico de datos transmitido. IPv6 utiliza direcciones de 128 bits en lugar de las direcciones de 32 bits utilizadas por IPv4, lo que permite un número sustancialmente mayor de direcciones posibles. Con cada bit correspondiente a un ‘0’ o ‘1’, esto teóricamente permite 2 ^ 128 combinaciones.
Interoperabilidad, gestión del consumo de energía, seguridad… el mundo de Internet of Things tiene múltiples facetas que requieren de soluciones innovadores y fiables, y de profesionales que sepan desarrollarlas e implantarlas.