El mundo laboral es uno de constante cambio. Todo profesional está inmerso en un proceso de evolución constante que le lleva no solo a descubrir nuevas posibilidades, no solo a descubrir su capacidad para desenvolverse en nuevos frentes, también le lleva a buscar nuevas oportunidades en forma de nuevos empleos. Todo el mundo cambia de trabajo al menos una vez en su vida. Es un proceso que puede ser muy simple, o también muy traumático, pero a fin de cuentas es una transición importante.
Una transición que puede ser la mar de sencilla y correcta si sabes bien cómo debes proceder en todo momento. Si te estás planteando cambiar de trabajo y no sabes por dónde empezar, enhorabuena, estás en el sitio indicado.
Claves para un cambio de trabajo sin turbulencias
Si quieres que tu cambio de trabajo vaya como la seda y puedas empezar con el pie derecho en tu nuevo empleo, te conviene tener antes claras ciertas pautas. Encontrar un nuevo trabajo que te haga ganar en calidad de vida es perfectamente posible, aunque no parezca accesible en primera instancia. Se requiere constancia, mucho trabajo duro, mucha preparación y mucha perseverancia. Pero, al final, siempre se recogen los frutos.
Ahora bien, si quieres poder coger tus frutos y saborearlos como mereces, te recomendamos que prestes mucha atención. Vamos a facilitarte una serie de consejos esenciales para hacer un cambio de trabajo perfecto, para que muestres un cambio pleno a nivel profesional y personal y, sobre todo, para que puedas empezar a construir tu nuevo futuro con total tranquilidad.
Apóyate en profesionales
La mejor forma de adentrarte en tu nuevo empleo es contando con la ayuda de un profesional en la materia. Plataformas como la de Coacher ponen a tu disposición todo un compendio de mentores y especialistas que te ayudarán a perfilar tu CV, darte consejos para las entrevistas de empleo e incluso te ayudarán a decidir mejor si realmente te conviene el nuevo puesto o no. Su ayuda es esencial para moverte con más seguridad por este terreno, para que analices mejor tu contexto y el del trabajo que dejas, como también al que te acercas.
No dudes en contar con esta ayuda si no sabes cómo ni por dónde empezar. De hecho, lo aconsejamos incluso aunque pienses que tienes toda la situación perfectamente controlada. Siempre hay pequeños detalles, resquicios que se pasan por alto y que luego pueden cambiarlo absolutamente todo.
No hagas público el cambio hasta el último día
Puede que la ilusión se apodere de ti y estés deseando comunicar tu nuevo empleo en redes sociales, modificar tu perfil de LinkedIn y hacerlo saber a todos tus amigos y familiares. Pero nuestro consejo es que te tomes las cosas con calma y esperes a que la transición esté a tan solo un día de ti. Por razones obvias, sí que tendrás que avisar a tu empresa con antelación, pero deja que el anuncio se quede en ese círculo.
¿Por qué? Por precaución y por imagen. Las empresas cada vez lo tienen más fácil para ver la actividad de quienes van a fichar en redes sociales. Lo mejor es que esperes, porque nunca sabe si puede surgir algo que finalmente te impida cambiar de trabajo, y porque además demuestra una mayor profesionalidad, seriedad y, sobre todo, capacidad para guardar secretos.
Marca objetivos para tu primer mes
Obviamente, en tus primeros días no vas a poder dar el 100% en tu nuevo empleo. Tendrás que hacerte a tu nuevo ambiente, a tu nueva oficina, tus nuevos compañeros y, por supuesto, tus nuevas obligaciones. Sin embargo, sí que es conveniente que intentes marcarte una serie de objetivos para tener la sensación de que poco a poco vas mejorando.
Intenta que, al menos en tu primer mes, conozcas cómo funciona la empresa a nivel interno, tengas una buena familiarización con tus herramientas de trabajo y, sobre todo, conozcas bien al equipo que te rodea. A partir de ahí, el resto es ofrecer lo mejor de ti, seguir aprendiendo y seguir mejorando.
No critiques tu puesto anterior
Jamás critiques el puesto en el que trabajabas antes, por mucho que no terminaras de encajar con la empresa o te exigieran mucho más de la cuenta. Recuerda que el mundo es un pañuelo y, al final, toda la información puede llegar a todas partes. Eso no solo te puede causar problemas con tus antiguos compañeros, también puede hacer que tu futura empresa tenga dudas a la hora de contratarte.
Por muy mala que haya sido la experiencia en tu anterior trabajo, intenta enfocarla desde una perspectiva positiva. Piensa que te ha enseñado a valorar mejor qué quieres y qué no, a entender aún mejor lo valioso que es tu tiempo y, sobre todo, que te ha ayudado a marcar límites en cuanto a lo que estás dispuesto a hacer por tu trabajo. Todo es una lección. Absolutamente todo.