Continúa la batalla por las supuestas infracciones de patentes en los dispositivos Android. Como ya sabíamos, desde hace un tiempo fabricantes como HTC o Samsung deben pagarle una cuota a Microsoft por cada teléfono vendido con tal de no recibir demandas por la supuesta “violación de patentes” en la que incurre Android.
Pero parece que la situación, en vez de mejorar para Google, está empeorando, ya que el día de ayer Microsoft llegó a un acuerdo con otro fabricante llamado Compal para recibir pagos por cada teléfono Android vendido por él. Con ello, el porcentaje de dispositivos Android que pagan costos por patentes a Microsoft ya alcanza el 55%.
Y para complicar todo aún más, tenemos que Microsoft ahora va por Barnes & Noble (debido a su Nook Color, que usa Android) y por Motorola. Ambas empresas están enfrentando demandas que buscan que se sometan a las mismas condiciones que HTC, Samsung y el resto de los fabricantes.
Las patentes aludidas en las demandas se refieren a cosas tales como métodos para liberar memoria en dispositivos flash, implementación de nombres de archivos con nombres cortos y largos dentro de un mismo sistema de archivos, formas para gestionar bases de datos de contactos, etc.
Debido a toda esta situación, Microsoft recibe en total más dinero por la venta de teléfonos Android que por sus propios Windows Phone (en realidad cada Windows Phone les entrega más dinero, pero eso se compensa debido a que las ventas de Android son mucho mayores). Evidentemente, esto no es sostenible para Redmond, ya que tarde o temprano Google encontrará formas de evadir las patentes en cuestión, y así los fabricantes no tendrán que pagar más cuotas a Microsoft. Pero hasta que eso pase, la empresa de Steve Ballmer seguirá recibiendo beneficios por cada dispositivo Android que se venda.
Personalmente soy de la opinión que se debería terminar con estos sistemas de patentes, ya que en este caso las ideas solo tienen valor cuando se traducen en innovaciones prácticas que benefician a las personas. El permitirle a las empresas que registren una idea, sin que tengan las intenciones de llevarla a algo concreto, solo sirve para impedir o hacer más cara la creación de productos innovadores en otras empresas, perjudicando así al consumidor final.