Vivimos en un mundo digital. Un universo móvil e híper-conectado en el que personas, dispositivos y máquinas acceden internet para comunicarse y desarrollar relaciones y operaciones de muy diverso cariz. Teléfonos inteligentes, tabletas, phablets (phone + tablet) y wearables son instrumentos que, soportados por las redes de comunicaciones de última generación, están permitiendo acceder a la información residente en los sistemas informáticos que dan pleno sentido a la nube. Otras opciones como Big Data, que juega un importante papel en la conversión de simples datos inconexos en conocimiento útil para la toma de decisiones, o la denominada Internet de las Cosas, que facilita la conexión entre objetos y/o máquinas (M2M), algo que solo hace solo unos años hubiera sonado a ciencia ficción, también están desempeñando un papel relevante en el camino hacia la interconexión total.
Pleno siglo XXI, han surgido muchas voces que defienden que las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) deben erigirse en el motor impulsor del desarrollo económico mundial
Contar con profesionales con conocimientos suficientes para diseñar, desarrollar e implementar soluciones y herramientas tecnológicas que, como el Big Data, Cloud, Mobile, Internet de las Cosas, faciliten la vida del usuario y la permitan tener una buena experiencia debe ser el objetivo no solo de los gobiernos en su papel de garantes del bienestar de los ciudadanos sino también de las empresas como entidades comprometidas con el desarrollo socio-económico mundial. No en vano, en pleno siglo XXI, y tras una crisis que ha removido los cimientos del modelo económico imperante, han surgido muchas voces que defienden que las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) deben erigirse en el nuevo motor impulsor del desarrollo económico mundial; en la base sobre la que se edifique un nuevo ciclo económico construido sobre los cimientos de la información y el conocimiento.
Y la realidad, que es tozuda, confirma que por ahí van los tiros. Se calcula que, en 2015, solo en Europa se habrá generado un déficit de 900.000 profesionales tecnológicos y ello a pesar de que hoy se generan 100.000 puestos de trabajo anuales en el área TIC dentro del Viejo Continente, según datos de la Comunidad Europea. Fundamentalmente se demandarán perfiles informáticos y de analistas de datos. En todo caso, y pese a la contundencia de las cifras parece que no todos los gobiernos han tomado verdadera conciencia del papel que han de jugar en el desarrollo de programas educativos dirigidos a formar a los que se serán los profesionales del mañana. Unos jóvenes que, nacidos y crecidos en plena era digital, deben encontrar opciones académicas que les permitan alcanzar un grado de especialización tal que les garantice su entrada en el mercado laboral, un mercado que de manera creciente ha de valorar la innovación como herramienta vehicular del desarrollo socio-económico.
Consciente de la relevancia que la formación tecnológica especializada tendrá para el futuro económico y empresarial de Europa, y también de España, Oracle está trabajando ya, junto con gobiernos, empresas y representantes del mundo académico, para ofrecer formación tecnológica a ciertos sectores de la población. Así, Oracle destina recursos a su programa Oracle Academy; una iniciativa que, en España, está siendo respaldada hasta ahora por 30 universidades y que, a nivel mundial, ha conseguido ofrecer recursos tales como ofertas de empleo y becas, licencias de software, formación y acceso gratuito a entornos de desarrollo, a 1,9 millones de estudiantes de 97 países, que se han especializado y certificado en tecnología Oracle.
Compromiso con la educación y el empleo
Si invertir en formación es positivo para la sociedad en general, que eleva su nivel educativo y sus tasas de empleo, hacerlo en formación tecnológica lo es tanto para las personas que desean integrarse en el mercado laboral como para las empresas que apuestan por una actualización continua de sus conocimientos, además de disminuir los costes de implantación y los tiempos de migración entre plataformas. De hecho se ha demostrado que la formación en TI puede reducir las llamadas al servicio técnico hasta un 49%, agilizar la resolución de incidencias hasta un 78%, mejorar el rendimiento y el valor para los accionistas hasta un 20% y reducir considerablemente los tiempos de inactividad (dos minutos de inactividad en determinados procesos cuestan mucho más que una semana de formación).
Oracle Academy ha abierto, en el marco del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior, líneas de actuación con distintas universidades para la participación en proyectos de formación de grado y posgrado, con másteres muy específicos sobre tecnologías punteras. Así permite a los centros universitarios, mediante una suscripción anual, acceder a contenidos para un uso didáctico, disponer de licencias de software y de un grado de soporte básico. El éxito de este enfoque ha promovido su extensión a centros de formación profesional y educación secundaria de toda España bajo el programa Oracle Student Campus. En total, está presente en más de 60 centros donde continúa generando conocimiento de Oracle en el entorno universitario.
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