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Formas de acabar con tu carrera profesional desde las redes sociales

Las redes sociales se han convertido en una herramienta más que tenemos a nuestro alcance en las empresas. Como trabajadores y profesionales las utilizamos, pero muchas veces cometemos errores que nos pueden llevar a tener problemas, incluso problemas graves que acaben en un despido, por ejemplo. Por eso vamos a ver veinte formas de acabar con tu carrera profesional desde las redes sociales.

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Porque lo cierto es que no sería la primera vez que tenemos incidentes en las redes sociales, ni más ni menos que los que podemos tener en otros ámbitos, sólo que en este caso se añade un componente de amplificación como hasta ahora hemos visto pocas veces. Esto hace que un pequeño error o salida de tono tenga mucha más repercusión de lo que estamos acostumbrados.

 

Veinte formas de acabar con tu carrera en las redes sociales

Vamos a ver un repaso de los errores más comunes:

 • Olvidarte que agregaste a tu jefe en Facebook y luego comentar que te quedaste en casa porque no te apetecía ir a trabajar, tenías “resaca” de salir por la noche, etc. y luego jactarte de que libraste diciendo que estabas enfermo.
 • Publicar fotos personales inadecuadas, de estas que podríamos publicar en nuestro perfil personal, pero que no queremos que vea algún cliente, compañeros de trabajo, etc. Seguro que todos habéis visto alguna vez un foto de este estilo…
 • Hablar mal de tu jefe, compañeros o empresa sobre todo cuando además están agregados como seguidores, o has añadido en tu perfil que trabajas en determinada empresa. Si llega alguien a la red social buscando información sobre la empresa y ve estos comentarios la imagen no va a ser precisamente positiva.
 • Hablar mal de tus jefes o empresas en las que has estado, algo que como mínimo es poco elegante. Por mucho que nos hayamos sentido injustamente tratados, no nos hayamos sentido cómodos, etc. lo mejor es dejarlo correr, dar las gracias por la experiencia, quedarnos con la parte buena y extraer conclusiones del lado negativo.
 • Expresar opiniones políticas sobre temas conflictivos o calientes. No todos los seguidores que tenemos en las redes sociales van a estar de acuerdo con nosotros y si somos muy beligerantes muchos acabarán molestos con nosotros. Seguro que todos sabéis de que temas estamos hablando.
 • Dejarnos llevar por un calentón y faltar al respeto algo que puede pasar cuando hablamos de cualquier tema, desde el más intrascendente como el fútbol a otro profesional simplemente cuando no hemos llegado a un acuerdo para cerrar un trato.
 • Escribir mensajes en redes sociales en momentos inadecuados desde el teléfono móvil. Aquí sabéis todos de lo que estoy hablando, cuando estamos en un momento de ocio, un poco más “desinhibidos” y cogemos el teléfono para publicar según que mensajes que luego nos retratan…
 • Delatar relaciones sentimentales con otros empleados de la empresa que muchas veces no están bien vistos, o que son con superiores jerárquicos y pueden crear mal ambiente, tanto en nuestra empresa como en otras en las que trabajemos posteriormente.
 • Faltas de ortografía reiteradas. Cierto que las redes sociales manejan un lenguaje más informal, pero una cosa es poner un emoticono y otra tener faltas de ortografía hasta en tu currículo profesional en Linkedin…
 • Publicar información reservada o sensible de nuestra empresa, algo que muchas veces no tenemos claro del foro en el que estamos, de dónde publicamos y quién puede ver esta información. Aquí mucho cuidado con revelar datos personales si no queremos tener problemas con la Agencia de Protección de Datos.
 • No tener presencia en las redes sociales que muchas veces es peor no estar en determinadas redes, donde se mueve mucha de la información y contactos de nuestro sector.
 • Desconocimiento de los temas de nuestro sector, que si se supone que somos expertos en una materia pero no sabemos algo concreto, mejor consultar antes de afirmar algo y luego meter la pata. Si se repite además será un problema de reputación profesional que nos puede marcar.
 • Ser un spmamer que está todo el día enviando mensajes, muchos más de los que sería recomendable o como si estuviéramos nosotros solos en las redes sociales.
 • No responder a los mensajes como si nosotros estuviéramos en las redes sociales para que los demás nos escucharan, pero no para conversar con los demás.
 • No saber asumir las críticas de otros usuarios y pensar que tenemos la verdad absoluta, eliminarlos si lo que nos han dicho no nos gusta, etc. Esto también nos puede llevar a responder faltando al respeto en muchos casos.
 • No detectar una crisis de reputación online donde por cualquier motivo se está hablando de nosotros, de nuestra empresa, en las redes sociales y no sabemos que está ocurriendo. Y lo peor es que cuando nos enteramos cuatro días después la bola de nieve puede haberse hecho tan grande que será complicada de parar.
 • No distinguir entre publicidad y opinión por lo que hemos cobrado por difundir algún mensaje de marca o empresa como si fuera nuestra opinión. Seguro que muchos de vosotros habéis visto a algún famoso haciéndolo, pero también puede ocurrir a nivel profesional.
 • No saber utilizar los mensajes privados y responder de forma pública cuando nos dirigimos a una persona de forma particular, damos datos personales, etc. Y aquí podemos ampliarlo a las distintas opciones de privacidad que aplicamos en las redes sociales.
 • No seguir las reglas de cada red social, con sus ritmos de publicación, sus trucos, el tipo de usuarios que nos siguen en unos o en otros, etc. No es lo mismo publicar en Twitter que en Linkedin, en Facebook que en Google +
 • Elegir mal las redes sociales donde queremos estar, porque no todas son iguales y muchas veces pensamos que tenemos que estar en una red general tipo Facebook, cuando lo más conveniente para nosotros es estar en una red profesional de nuestro sector, por ejemplo.

Está claro que no todos los errores tienen la misma trascendencia, pero sobre todo tenemos que ser conscientes de que estamos usando las redes sociales en un ámbito profesional, algo que muchas veces olvidamos o simplemente no llegamos a asumir nunca. ¿Se os ocurren algunos otros malos usos de las redes sociales?

Sage.es

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